Bajo
la mirada horrorizada de los chilenos, el país parece incendiarse por
los cuatro costados. Nada más que en la Sexta Región se han quemado por
encima de las 30.000 has. y Valparaíso estuvo a punto de sucumbir en una
nueva hecatombe. La región del Biobío no se queda atrás y nuevos focos
aparecen por todas partes.
Frente a esta situación terriblemente agresiva ¿qué hay? Un Estado asombrosamente pasivo; tal como lo ha sido por lo demás frente al crecimiento del terrorismo en La Araucanía.
Queda claro que quienes nos gobiernan son del todo incapaces de lidiar
con problemas reales. Ellos, para justificar su permanencia en el
gobierno, se inventan problemas que no existen o que son mucho menores,
como el del mito de la "terrible" desigualdad entre los chilenos y
ocupan su tiempo en darles soluciones que no solucionan nada.
Nuestros actuales gobernantes se fabrican problemas imaginarios a la
medida de ellos y, por cierto, no les cuesta nada encontrarles solución
tan imaginarias como aquellos.
Su mundo es la irrealidad. De
aquí, su estruendoso fracaso cuando se trata de enfrentar los problemas
de verdad. Para estos, no tienen ni soluciones ni capacidad para
encontrarlas. Por eso, simplemente niegan que el problema exista, como
sucede en el caso de los atentados terroristas en La Araucanía.
Veremos qué explicación dan ahora. En eso son maestros. Pero, entretanto, la situación sigue de mal en peor.
No hay duda de que el peor incendio está en la misma Moneda
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