Vacaciones en Chile

Masivamente los chilenos tomamos nuestra vacaciones durante los meses de verano; pero, entre éstos, es febrero el mes que se lleva el grueso de las preferencias. Sea lo que fuere, el hecho es que en este período, en nuestro año de 2016, más de la mitad del país ha tomado sus vacaciones y, para ello, nada mejor que salir de viaje. No son pocos los que han partido al extranjero y muchos a zonas distantes dentro del país: los aviones y los aeropuertos funcionan a plena carga durante estos meses. Y también las carreteras; el aumento del parque automotriz las pone severamente a prueba como asimismo la multiplicación de los viajes en buses y el enorme aumento de la carga transportada por vía terrestre.

Las vacaciones son necesarias para todos y es bueno para el país el que la gente las tome como es debido. Pero, está claro que lo que antes era considerado un lujo reservado para pocos, hoy ha quedado al alcance de las grandes mayorías: la capacidad de desplazamiento, de llegar a lugares remotos, de participar de la belleza de nuestros paisajes; de utilizar medios sofisticados como son los recorridos por los canales del sur en embarcaciones de gran envergadura. Puerto Montt, Chiloé, Puerto Varas, como asimismo, San Pedro de Atacama, Iquique, Antofagasta y Arica, otrora destinos reservados a algunos hoy están a la mano de muchísimos que copan sus hoteles, residencias y restoranes.

Grandes transformaciones ha habido en nuestra Patria que han hecho posibles estos resultados. La riqueza se ha expandido y, de hecho, son muchos más que antes los que aprovechan de ella. Es cierto que todavía queda harto por hacer para sacar definitivamente a todos nuestros compatriotas de una situación de marginación. Pero, recorriendo el país en estos meses es posible advertir cuánto hemos avanzado en esta tarea. Visión que se refuerza por el hecho de la emigración que ha llegado a nuestra patria. Son muchos los amigos y amigas de países vecinos que han venido a buscar entre nosotros el progreso que en sus países de origen lo ven imposible de alcanzar.

En nuestra patria no ha habido milagros. Las transformaciones que apreciamos son el fruto de un esfuerzo sostenido largo ya de 40 años. Pero así como ha costado mucho construir esta patria que, a pesar de todo, marcha a la cabeza del continente, es muy poco lo que cuesta echarlo todo a perder.. La responsabilidad es grande y no podemos eludirla. Es la misma opción preferencial por los pobres a la cual nos urge la Iglesia la que nos llama a cuidar y defender los pilares sobre los cuales, durante los últimos cuarenta años, se ha cimentado el éxito de nuestra patria.