miércoles, 18 de enero de 2017

VIERNES 13 DE MAYO, FÁTIMA Y EL PAPA JUAN PABLO II

 





Hoy conmemoramos un nuevo aniversario de la aparición de Nuestra Señora (1917) a tres humildes y pequeños pastorcitos: Lucía, Francisco y Jacinta en la localidad portuguesa de Fátima y que se repetiría varias veces hasta el día 13 de octubre de ese año. La Virgen entregó a esos pastorcitos una serie de Mensajes, cuyo contenido ha sido muy discutido, pero que ciertamente se referían a los terribles momentos que entonces vivía el mundo, y Europa en particular; es decir, la Primera Guerra Mundial que habría de costar la vida a más de 10.000.000 de personas dejando además un saldo de destrucción incuantificable. Estas apariciones fueron vistas como una promesa de paz en tiempos tan dramáticos, y de confianza en la Divina Providencia frente a las catástrofes que, además, se cernían como amenazas para el futuro. En efecto, la guerra terminó, pero las consecuencias de ella fueron aun más atroces. La caída de los Imperios ruso, alemán y austro-húngaro fue seguida por el rápido desarrollo de las ideologías totalitarias más duras que han azotado a la humanidad, esto es, el comunismo soviético y el nazismo alemán. A muy poco andar, se desencadenó la Segunda Guerra Mundial, aun más atroz que la primera y cuya conclusión fue seguida por la virtual captura que la Unión Soviética hizo de los países vecinos, incluyendo Polonia por cuya liberación, paradojalmente, la guerra había sido declarada. De hecho, a partir de ese momento, el comunismo comenzó a expandirse hasta el punto de llegar a dominar casi la mitad del planeta.

La Virgen pidió oraciones, el Rosario en primer lugar, y la consagración del mundo, en especial de Rusia, a su Corazón Inmaculado. De hecho, a pesar de la enorme ola de ateísmo y de hedonismo que de manera muy rápida se expandió por el mundo, la fe en la Virgen no cesó de aumentar. Las peregrinaciones a Fátima comenzaron casi de inmediato y, hoy, son más de siete millones los peregrinos que anualmente se dan cita en ese Santuario, del cual por otra parte se han construido réplicas en todas partes del mundo. Ha sido, sin duda, un pilar de apoyo a la humanidad que le ha permitido transitar años extremadamente difíciles.

S.S. Juan Pablo II sufrió un atentado en la Plaza de San Pedro que por poco le quita la vida el 13 de mayo de 1981, el día de Fátima. Una vez que se repuso, el Papa fue en peregrinación al santuario justo un año después a darle gracias a la Virgen, pues le atribuyó a su intercesión el haber salido con vida de este atentado y consagró la Iglesia, los hombres y los pueblos al Inmaculado Corazón de María. En 1991, al cumplirse diez años del atentado, el Papa volvió a Fátima a renovar su gratitud. Entretanto había contribuido de manera sustantiva al derrumbe de la Unión Soviética, con lo cual dio cumplimiento a una de las promesas de la Virgen. Asimismo, beatificó a los pequeños Jacinta y Francisco. De Lucía, está en curso el proceso de canonización.

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