JAIME RAVINET Y LOS ATAQUES A NUESTRAS FUERZAS ARMADAS
En
nuestras FF.AA., como en todos los organismos donde participan
personas, se presentan problemas. Por enfrentarlos, se dotan de
mecanismos de modo que ellos no afecten su desempeño. Es lo que ha
sucedido con los incidentes causados por actitudes "voyeristas" de
algunos tripulantes masculinos en un buque de guerra, respecto de sus
colegas femeninas, o del hecho de que en
otro buque de guerra se haya visto cómo se embarcaban algunas cajas de
cerveza. La Armada inició los procesos respectivos para, si hubiese
infracción, castigar a los responsables. De hecho, ya castigó a algunos
de ellos. Y ahí debió haber terminado el escándalo que estos hechos han
provocado.
Sin embargo, no han faltado quienes han tomado pie en
estos incidentes para reforzar una campaña de desprestigio de las
instituciones armadas que ya tiene un largo tiempo a sus espaldas. Es lo
que sucede con el Partido Comunista chileno que, por cierto, no puede
olvidar como hace ya más de 40 maños, fueron las FF.AA. y de Orden las
que frustraron sus intentos de instaurar en nuestra Patria un régimen
totalitario. Pero, también es el caso de miembros de otros partidos,
como de la misma Democracia Cristiana que, por esa vía, tratan de hacer
olvidar el "pecado" de haber apoyado con todo entusiasmo el paso que
entonces dieron nuestros uniformados. "Los militares salvaron al país"
dijeron pocos días después Patricio Aylwin y Eduardo Frei Montalva.
Ahora, con similar entusiasmo, se suman a los ataques que estos
militares reciben a diario y se mimetizan con quienes no se quedarán
tranquilos mientras no apaguen la sed de venganza tanto por haber visto
frustrados sus afanes de apoderase del país, como porque no pueden
reconocer los indudables éxitos que esos militares obtuvieron en el
ejercicio del poder.
Jaime Ravinet, sin embargo, no ha querido
sumarse a esa campaña. Al contrario, la ha denunciado y no porque él
tenga algún compromiso personal con los uniformados sino porque en sí
misma ella encierra una enorme injusticia. No se trata ni siquiera de
volver la vista al pasado sino de apreciar el enorme aporte que
significa la presencia de esas Fuerzas en el Chile de hoy. Y no sólo
porque constituyen un sólido argumento de disuasión para quienes quieran
embarcarse en una aventura bélica con nosotros, sino por su indudable
capacidad de apoyo en los momentos de emergencia que con frecuencia nos
toca vivir. Como, por ejemplo, cuando sucedió el terremoto del 27 de
febrero de 2010 o en medio de los terribles incendios que han desolado
buena parte de nuestra patria.
En ambos caso, al principio, las
Fuerzas Armadas fueran dejadas de lado por los complejos de quien en
ambos casos ejercía el poder político del país, Michelle Bachelet,
acompañada por los grupos que la apoyaban. Lo cual, como sabemos, no
pasó sin producir enormes daños para todos.
Muy valiente ha sido
Jaime Ravinet, antiguo militante de la D.C., con su denuncia. Le ha
valido groseros ataques. Gracias a Dios, su patriotismo ha podido más.
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