HACE 80 AÑOS: 18 de julio de 1936
ALZAMIENTO MILITAR E INICIO DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
Hoy, 18 de julio de 2016 se cumplen 80 años de una fecha dramática. El
alzamiento, el 18 de julio de 1936, de una parte sustancial de las
Fuerzas Armadas españolas para poner fin al gobierno de la época y, con
él, a un período de destrucción sistemática de la unidad social española
y de ruina económica, cultural y espiritual del país.
Dicho alzamiento comenzó en las Islas Canarias y en las posesiones
españolas ubicadas en el norponiente de África, esto es, Tetuán, Ceuta y
Melilla. Este primer paso, encabezado por el General Francisco Franco,
fue replicado en toda la península, con distinta suerte, porque no todas
las FF.AA se plegaron al alzamiento. Tuvo éxito en Sevilla, por
ejemplo, y en Burgos, así como en Segovia, Valladolid y Cádiz. En Madrid
y Barcelona, como en Valencia y Bilbao las fuerzas que permanecieron
junto al régimen inhibieron el triunfo de los rebeldes. Se produjo así
una situación de empate y cada bando comenzó los aprestos para una larga
guerra que, de hecho, habría de durar hasta el 1°de abril de 1939
cuando, después de conquistar Madrid y Barcelona, las fuerzas comandadas
por Franco alcanzaron la victoria total.
Entretanto, una
guerra terriblemente sangrienta, con una pérdida enorme de vidas humanas
y devastadoras destrucciones de bienes materiales, entre los cuales una
importante porción del patrimonio artístico de España. Sobre todo, del
patrimonio religioso, pues las fuerzas adictas al gobierno dieron rienda
suelta a un encono a todo lo que fuera símbolo de la tradición católica
en la península: iglesias, monasterios, conventos fueron saqueados e
incendiados y sus ocupantes, fueran ellos sacerdotes, religiosos o
seminaristas, muchas veces masacrados sin piedad.
Lo que
sucedió entonces en España no puede entenderse sin llevar el análisis a
todo el siglo XIX y al desprestigio en que cayó la monarquía, régimen de
gobierno más que milenario en España. La consecuencia fue dejar al país
sin una cabeza común. Alfonso XIII, último rey del período, decidió
abdicar en 1931 porque estimó que en las elecciones municipales de ese
año la ciudadanía había dado su voto a las fuerzas que abogaban por la
abolición de la monarquía. Eso es cierto, pero no lo es menos que los
electores no fueron llamados a un plebiscito para pronunciarse sobre la
forma de gobierno, sino para elegir autoridades comunales. Sin embargo,
el rey insistió en dar a esas elecciones un carácter de plebiscito y,
renunciando, se exiló en Italia.
Fue en ese momento que comenzó
un proceso de enfrentamientos sociales, de ruina económica y de
anarquía política que puso al país en una situación imposible de
continuar. Y en este proceso no fue difícil advertir el aumento
constante de la influencia que ejercía el Partido Comunista,
enteramente subordinado a Stalin, al interior de los partidos que
respaldaban al gobierno de entonces. Fue la gota que rebalsó el vaso de
la preocupación de las Fuerzas Armadas que veían impotentes cómo el
país, de cuya defensa estaban a cargo, entraba en un proceso de
irreversible disolución. El alzamiento fue la respuesta.
No hay comentarios.:
Write comentarios