Ayer
domingo fue publicada la noticia de que el Premio Nacional de Ciencias
fue asignado este año al Dr. Horacio Croxatto. El motivo principal: "Por
el desarrollo de importantes métodos anticonceptivos que han
revolucionado el campo de la reproducción humana y han beneficiado a
millones de personas". Esto es, por decir lo menos, un colosal
despropósito, porque el uso de estos
métodos anticonceptivos ahí donde se han empleado masivamente ha
provocado como principal resultado el de detener la natalidad y
envejecer las poblaciones hasta el punto de que ciertamente hoy faltan
los jóvenes para sostener a tanto viejo. Muchos de los que hace 40 años
se dejaron alegremente seducir por los cantos de sirenas de los
promotores de de estos métodos, hoy carecen de los hijos que los
sostengan en su vejez y sobre ellos se alza implacable la espada de la
eutanasia como única forma de "restablecer los equilibrios" entre el
número de jóvenes y el número de viejos. ¿Son ellos "los millones" que
se han visto beneficiados por estas políticas?
Si ha habido un
crimen de "lesa humanidad" en el mundo contemporáneo ese es éste de la
propaganda y promoción casi asfixiante del uso de estos métodos, porque
al paso que vamos simplemente nos vamos a quedar sin humanidad. En
Chile, no cabe la menor duda de que a ese fin nos dirigimos hasta el
punto que, para el ex-presidente Ricardo Lagos, el principal problema
que enfrenta el país es el de su estancamiento demográfico. Y la
presidenta Bachelet ha dicho recientemente que no hay una suficiente
renovación generacional que permita ni siquiera aproximarse a un sistema
de reparto para mejorar las pensiones de los más ancianos ya jubilados.
Pero, el doctor Croxatto no se ha detenido en el desarrollo de métodos
anticonceptivos, sino que ha ido más allá constituyéndose en uno de los
principales impulsores de la iniciativa que apunta a legalizar la
comisión de un crimen como es el aborto. Queda claro, pues, que la
opción vital que lo alienta es la del combate contra la vida. Por una
parte, para impedir que ella se materialice en la concepción de nuevos
seres humanos o para, si ella logra materializarse, interrumpirla
mediante el asesinato precoz de las creaturas que han resultado de los
procesos de fecundación.
Muy mala señal es la que da esta
asignación del premio de Ciencias y nos advierte que el gobierno no va a
cejar en su estrategia contra la vida humana. Razón demás para insistir
sin vacilaciones en la defensa y promoción de ella ahí donde pueda
verse atacada. Es la supervivencia de nuestra patria la que está en
juego.
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