miércoles, 18 de enero de 2017

LA GROSERÍA DEL DIPUTADO GASPAR RIVAS

 




Bastante ha circulado el vídeo en el cual el Diputado Gaspar Rivas termina insultando a Andrónico Luksic del modo más grosero que franquea nuestra lengua -sacándole "la madre"- para que alguien en Chile pueda ignorarlo y, por ende, permanecer indiferente. Podemos tener la idea que queramos de una persona como el Sr. Luksic y podemos discutir con él acerca de las iniciativas que toma o no toma. Podemos demandarlo si creemos que ha cometido un delito; pero, caer en el nivel de grosería que ha exhibido el Diputado Rivas es inaceptable. Desde luego, obrando así, no ha hecho sino agregar un nuevo baldón a la ya muy desprestigiada clase política del país. Como ciudadanos de un país no podemos permitir que se use una tribuna, considerada "honorable", para violentar la honra de otra persona; sobre todo, como en este caso, cuando con la grosería se alcanza a una señora que hace ya mucho tiempo falleció y nunca nada hizo para merecer el epíteto que le endilga el "honorable" Sr. Rivas.

El Sr. Luksic podrá responder como quiera los insultos de que ha sido objeto y, de hecho, también ha preparado su vídeo. Obviamente, no soy yo ni me interesa serlo quien pueda o deba salir a defenderlo. Pero, como simple ciudadano, sí soy quien para decir que no es aceptable el curso que está tomando esta controversia. La única vía civilizada para enfrentar este tipo de ataques es la de recurrir a los Tribunales. Si éstos no amparan la honra de una persona, vamos a terminar yéndonos a las manos para hacernos respetar. Mi personal idea es que el denominado "fuero" parlamentario no cubre para nada expresiones como la que comentamos. La honra de las personas, especialmente si han fallecido, no puede quedar a merced de la procacidad de un parlamentario, que hace alarde de ella nada más que porque se siente protegido por una disposición constitucional. Es la misma Constitución la que es basureada en este caso y, con ella, todo el país. Es de esperar que nuestro Congreso y nuestros tribunales así lo entiendan y conozcan y resuelvan este conflicto de acuerdo a lo que disponga nuestro ordenamiento jurídico, subordinando lo adjetivo a lo que es en él sustantivo. De lo contrario, sepamos desde luego que si hoy un ciudadano como Andrónico Luksic es objeto de una imputación como la que le ha hecho el Diputado Rivas, mañana cualquiera de nosotros puede seguir la misma suerte. Frente a esta posibilidad importa muy poco cuan bien o cuan mal nos caiga Andrónico Luksic o cual sea la idea que tengamos acerca de la manera como maneja sus negocios. Hay un bien en juego que va más allá de esas consideraciones.

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