El Almirante José Toribio Merino Catro: Chileno, Marino, Cristiano
Finalizando el Gobierno Militar, el Almirante Merino, miembro de la Junta de
Gobierno en representación de la Marina, fue de la idea de suprimir la
autorización que daba el Código Sanitario para practicar el aborto.
Aunque de manera muy restringida, ella autorizaba a ultimar a un ser
inocente. Preocupado por esta eventualidad y porque
en gobiernos y regímenes siguientes se interpretara esta autorización
de manera muy elástica, Merino propuso la eliminación de esta
disposición legal siendo secundado por el resto de los miembros de esa
Junta.
Hoy, la Cámara de Diputados ha aprobado en primer trámite constitucional un proyecto de ley que autoriza la práctica del aborto en tres causales y que, además, apunta claramente a una permisión total. Todo ello, en nombre de la democracia y de los derechos humanos. La verdad es exactamente la contraria: de ahora en adelante, de prosperar el proyecto, en Chile será permitido ultimar impunemente a personas indefensas e inocentes. Es decir, será permitido violentar los derechos de estas personas.
Por eso, la figura del Almirante Merino hoy se agranda como quien puso la ley al servicio de la vida de esos inocentes. Por más de 25 años ella ha regido sin ninguna complicación. Sin embargo, la ideología predominante se ha impuesto abriendo la puerta a la legalización del homicidio. Hoy se ha dado este paso que, sin duda será seguido por otros cada vez más extremos, desde luego por el aborto libre, por la permisión de ultimar a enfermos terminales, etc.
Quiera Dios que en nuestra patria se imponga la política de respetar los derechos fundamentales de todas las personas, incluyendo los de estas modestísimas, indefensas e inocentes criaturas que todavía están en su primer desarrollo en el vientre de sus madres.
Hoy, la Cámara de Diputados ha aprobado en primer trámite constitucional un proyecto de ley que autoriza la práctica del aborto en tres causales y que, además, apunta claramente a una permisión total. Todo ello, en nombre de la democracia y de los derechos humanos. La verdad es exactamente la contraria: de ahora en adelante, de prosperar el proyecto, en Chile será permitido ultimar impunemente a personas indefensas e inocentes. Es decir, será permitido violentar los derechos de estas personas.
Por eso, la figura del Almirante Merino hoy se agranda como quien puso la ley al servicio de la vida de esos inocentes. Por más de 25 años ella ha regido sin ninguna complicación. Sin embargo, la ideología predominante se ha impuesto abriendo la puerta a la legalización del homicidio. Hoy se ha dado este paso que, sin duda será seguido por otros cada vez más extremos, desde luego por el aborto libre, por la permisión de ultimar a enfermos terminales, etc.
Quiera Dios que en nuestra patria se imponga la política de respetar los derechos fundamentales de todas las personas, incluyendo los de estas modestísimas, indefensas e inocentes criaturas que todavía están en su primer desarrollo en el vientre de sus madres.
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