Carta aparecida hoy en El Mercurio de Sergio García Valdés Abogado
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UN ESCÁNDALO CON PRECEDENTES
Toma en la U. Alberto Hurtado
Señor Director:
En carta suscrita recientemente por seis ex alumnos del Colegio San
Ignacio, estos expresan airadamente su protesta en contra de la toma de
la Universidad Alberto Hurtado por un grupo de estudiantes de ella,
quienes -según los firmantes- habrían actuado con cobardía y violencia
en contra de los principios del derecho y el respeto que debe existir en
una universidad y en una sociedad democrática, cuya violación sufrieron
dicha institución y su rector, un sacerdote jesuita.
Estoy
enteramente de acuerdo con ellos, y me alegro de que hayan abogado por
el cumplimiento de tales principios, en especial porque esta actitud
significa un positivo y total vuelco a muchas de las actuaciones de la
Compañía de Jesús en relación con temas del respeto y del derecho, hasta
ahora y desde los años 60 del siglo pasado, como paso a demostrar.
En efecto, con ocasión de la toma en la Universidad Católica, en agosto
de 1967, en la revista Mensaje, órgano oficial de la Compañía de Jesús,
en el Nº 162, publicada pocos días después de ese grave hecho bajo el
título "Reflexión Sobre un Conflicto Estudiantil", aparte de una
apología que hace un columnista respecto de esta toma, el editorial
dedica cinco páginas a justificar dicho acto de violencia, que fue el
precedente de una impunidad que culminará con más de 5.000 tomas al 10
de septiembre de 1973. Dicho editorial expresa -entre otras alabanzas a
los usurpadores- que "se justifica la huelga por grave que esta sea,
para toda universidad. No solo se justifica sino que se hace necesaria.
Si la autoridad duerme, hay que despertarla como sea, aún a base de
remezones".
Luego agrega: "Felizmente, al lado de estos
profetas de calamidades (se refiere a la prensa) que so pretexto de
defender el orden y la autoridad están sobre todo defendiendo sus
intereses económicos, se hace presente una juventud sana, idealista,
dispuesta a luchar y sacrificarse por algo que los trasciende: la
comunidad universitaria".
Concluye dicho editorial con estas
palabras: "Por lo mismo nos parece errado afirmar que la autoridad ha
sufrido en este conflicto. Sinceramente creemos que la autoridad ha sido
purificada de sus rémoras y que ahora recién puede empezar a actuar con
eficiencia y cumplir su misión de servicio comunitario. Para esto era
necesario recrear la comunidad. Esto se ha logrado y es el gran saldo
positivo de todo este conflicto".
Así, pareciera que cuando las personas e instituciones sufren en carne propia los desmanes y violencia, cambian de parecer.
Sergio García Valdés
Abogado
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